OBRA: VIDA, AMOR Y RISA
MIMO:
Yo me engomaba con todo lo que salía y eso me ayudó en la formación, pero desde el año 91 me dediqué solamente a ser mimo porque me di cuenta de que para ser bueno o aceptable en algo, uno tiene que dedicarse a una sola cosa y no a un montón. Y ahí sigue la historia que ya en Medellín se conoce. Fui payaso, y hasta director de una guardería, mesero e ingeniero acuático, es decir lava vasos en el restaurante El Chócolo. Por fin me he dedicado profesionalmente a lo mío y he tenido la oportunidad de proyectarme a nivel internacional. He estado en Miami, España, Francia, Alemania y una honrosa temporada en el Piccolo Teatro de Milán, también he estado en Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Ecuador. En Cuba me recibieron tan bien que me sentí un Marcel Marceau. Tengo muchas piezas teatrales, como para cinco horas de escenario, pero el cuadro más importante es el más sencillo, ese en el que dejo la maleta quieta en el aire, saco una cometa y juego con ella. A ese número le tengo una historia, para ponerme en contexto, la idea es conectar a un hombre con el cielo a través de la cometa. Porque cuando veo un hombre elevando una cometa, me parece una imagen muy poética. Entonces, mientras que ese hombre esté conectado con el cielo, nunca pasará por su cabeza un mal pensamiento, ese es el contexto de ese cuadro y gusta mucho. A pesar de que el que más hace gozar es el del caballo. ¿Cuántas funciones habré hecho, cuánto público? No sé hermano, yo soy tan descuidado, no llevo registros de nada, ni fotos, ni videos.