COMPAÑÍA:
Hace treinta años, en 1987, Clara Inés Ariza, Juan Carlos Moyano y Juan Sebastián Moyano Ariza, decidimos abandonar la realidad normal y fundamos un proyecto de vida, una aventura que tenía como objetivo el ejercicio del teatro de manera libre e independiente. Veníamos de trabajar desde 1975 en otras agrupaciones artísticas y ahora queríamos fundar un camino legítimo, que permitiera expresar las nuevas inquietudes estéticas y materializar búsquedas escénicas que pedían desarrollo y condiciones adecuadas para emerger, como sucedería en los años posteriores. Familia y núcleo de trabajo iniciamos una aventura que marcó el desarraigo y la invención de un rumbo teatral. Regalamos una biblioteca de miles de libros, nos desapegamos de casi todo lo material y con maletas, zancos, banderas, tambores y algún vestuario nos dirigimos a la Guajira y ahí, a la orilla del Caribe, comenzamos a convivir con una realidad palpitante, rica en dificultades y adquisición de saberes.
Meses y años después llegamos a Pasto y Tumaco, peregrinos del teatro, haciendo talleres, transmitiendo lo que sabíamos, investigando culturas, asimilando país y creando montajes e intervenciones simbólicas. Cruzamos el país, forjando un grupo, construyendo una idea. Ese fue el germen y ahí estaban contenidos los principales componentes, que hoy en día se mantienen, nutridos por la dinámica amplia del quehacer teatral; espacios y tiempos donde se han compartido momentos y montajes con actores, actrices, grupos, espectadores y gentes de gran significado en la construcción de una identidad cargada de huellas y de signos. Hace un cuarto de siglo comenzamos a organizar nuestras propias huellas y generamos las condiciones para que naciera el Teatro Tierra.
OBRA:
Lo Inconfesable, es un proyecto dramático de Juan Carlos Moyano y el Teatro Tierra. Habla sobre las mujeres que fueron afectadas por Agamenón, rey de Micenas y líder del ejército griego. Mujeres que no tuvieron reconocimiento cabal en los textos de la antigüedad clásica. Es una controversia de situaciones y roles que se enfoca desde las miradas de Clitemnestra, Ifigenia y Electra, esposa e hijas, y desde la percepción de Casandra la profetiza tomada como botín de guerra y Hécuba, la reina de Illión, esa ciudad esplendorosa, convertida en cenizas. En el trasfondo de la conciencia, las Euménides o Erinias, diosas de la venganza, conforman un coro que narra lo inescrutable. Agamenón es protagonista y es el gran ausente, pues no está físicamente en escena. Sabemos de él y sus hazañas por los rituales del recuerdo, que lo evocan y cuentan los acontecimientos ocultos de una historia de ambiciones y turbulencias, pues detrás de la imagen de los guerreros imbatibles y gloriosos hay una tradición agresiva, donde el abuso y el crimen rigen la conducta de hombres mitificados por sus gestas sangrientas. La mirada renovada de Electra, el espíritu de Ifigenia y la sensibilidad de las otras mujeres otorgan una nueva lectura a los acontecimientos que comprometen nombres notables, de hombres y de dioses. Tragedia de nuevo tipo, historia reveladora, poema escénico, drama que restaura las voces que han estado sumidas en el silencio.